A todos se nos ha atragantado esta pandemia.
No solo digo miedo, sino pesar, angustia, incertidumbre y dolor. La salud, y la vida, han sido atacadas por la Covid-19 con una osadía y virulencia desconocidas.
Nadie pudo imaginar que sucediera, pero hemos respondido con responsabilidad y solidaridad. Sí, hemos obedecido mayoritariamente a la llamada de unidad.
GRACIAS a los millones de personas que, con su actuación, han salvado tantas vidas. Os siento cada día a lo largo de estos meses.
Por desgracia, nuestra ignorancia en cómo afrontar tan furiosa embestida, ha segado miles de vidas en España.
Ayer expiraba el luto oficial decretado por el Gobierno desde el pasado 27 de mayo. Diez días en memoria de las víctimas, el luto más largo de nuestra Historia.
Y no ha cesado el recuento de contagiados y fallecidos. Y no ha de cesar la exigencia de responsabilidades a quienes las tengan que asumir y, sobre todo, enmendar con el objetivo de reparar los errores de hoy para enfrentar los retos de mañana.
28.924
Fallecidos miércoles 26 de agosto, 2020
El vértigo del número encierra una indecente suma de gotas de sangre. De ancianos y ancianas en los miles de asilos públicos y privados de todo el territorio nacional. El elevado número desgarra sólo con pensarlo, 19.415 hoy 7 de junio. 2020.
Instintivamente se gira la cabeza. Ay no... Ay sí...
Con el rabillo del ojo se ve la cifra que no se logra esquivar.
19.777
Fallecidos miércoles 26 de agosto, 2020
Y nace
Asilos 2.0. Desde el primer día de luto del año en curso, y hasta...
En este confinamiento ha habido colectivos muy expuestos a la pandemia, y muy castigados, mucho.
No debemos olvidar nunca su responsabilidad, generosidad y entrega para cuidarnos y sacarnos de este horror.
Sanitarios. Farmacéuticos. Servicios y fuerzas de seguridad del Estado. Personal de centros de acogida y residencias. Transportistas. Comerciantes. Personal de investigación. Maestros y docentes.
¡GRACIAS una vez más! No se olvidará
Pero ¡Ay! Mayores y ancianos sin recursos, mareas, ni sindicatos.
A ellos quiero mirar. Les miro, y mucho.
Por ellos quiero alzar la voz armada con imágenes y exigir.
No miremos a otro lado. Depuremos responsabilidades. Pongamos recursos económicos y humanos al servicio de quienes confiaron su salud y su vida a otros.
Que se cierren los asilos, almacenes que han destapado la pandemia. No los queremos. Sí residencias dignas, seguras y decentes.
Mi luto y solidaridad con las miles de familias que han perdido sus abuelos y abuelas, creyendo que se les tenían cuidados y atendidos. No hay palabras para describir la aflicción que siento. Un cruel paso atrás.
Esta sociedad de i+d, del 5G, no puede, no debe, desamparar a los mayores que están bajo su cuidado y su protección. Y, óiganme, que lo han pagado con su esfuerzo y su trabajo de toda una vida.
No hay conciencia, ni estómago, capaces de digerir deslealtad tan mezquina.
No puede haber olvido. Por favor... ¡¡¡Nunca más!!!
Asilos 2.0
Memoria para la víctimas
de la Covid-19
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Rocío Gutiérrez
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